Después de 6 años toca decir adiós.
Adiós a una rutina. Adiós a ver las mismas caras todos los días. Adiós a una convivencia especial. Adiós a estudiar asignaturas que no querías. Adiós a disecciones, a ver quien terminaba antes el problema de matemáticas o la oración de sintaxis. Toca decir adiós a los días del centro, a aguantarte la risa por miedo a ser expulsado de clase, a sujetar la pared por llegar tarde. Hay que decir adiós a preguntar curiosidades sin sentido al profesor que te caía bien.
Pero lo que más pena me da con diferencia, es tener que decir adiós a muchos de vosotros. Eso me va a costar mucho. Sobre todo, tener que decirle adiós a ellas.
Espero que intentemos que esto sea un hasta siempre, porque realmente quiero que sea así.
Voy a echaros mucho, muchísimo de menos.
No me olvidéis, yo no lo haré.
A pesar de todo, debo tomarme esto como un nuevo comienzo. Mi comienzo en la vida adulta. Dicen que son los mejores años de la vida (tienen el listón bien alto). Espero que sea así.
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